22/10/10

Ver, recordar, copiar

Cuentan que durante un paseo Whistler se detuvo, impresionado, para admirar una perspectiva del paisaje. Un discípulo viendo que no llevaba ni lápiz ni papel, le ofreció los suyos. Pero Whistler, reposadamente, le explicó que no llevaba sus útiles de dibujo porque prefería grabar en su memoria lo que veía para pintarlo después, recordándolo.

 Si dibujar es tanto ver como recordar, si ver es un acto ligado a la memoria, ¿no será la historia algo imprescindible? La historia se escribe en volúmenes, se estudia, hay una carrera universitaria. No puede olvidar, es objetiva. Es un bodegón de objetos. Aparece retratada como un ángel que vuelve la vista hacia atrás. Para recordar se debe mirar hacia delante. Si no, no es posible imaginar lo ya visible. Se transforma en una actividad: interpretar, evocar. Hay un deseo por hacer aparecer las cosas antes de que aparezcan como realmente son. Así, si en la arquitectura la disciplina sirve como mapa de la historia, los sueños son el territorio sin límites de lo eterno…



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